Por Pedro Muñoz Chávez

Pensemos en acciones, acontecimientos que se llevan a cabo en espacios más bien reducidos. No existen las grandes ciudades o la naturaleza inmensa e implacable, sólo la estrechez de sitios y lugares donde los niños están encerrados. Los niños viven en espacios pequeños, ajustados por la visión paterna que evita todo peligro. Mientras más controlado y reducido es el lugar por donde transita un niño hacia su juventud, menos posibilidades de riesgo hay. Ahora, qué pasa cuando en estos espacios infantiles y fundamentalmente teatrales se despliega un entendimiento del mundo tan grande y amplio que alberga la mirada de una comunidad y una época enteras.

Creo que en esta senda se encamina Monchi Mesa, novela de la escritora argentina Marina Closs publicada en 2021 y reeditada en 2023 por Laurel. Un sereno (un guardia) miedoso llamado Monchi Mesa vive con el temor de ser asesinado por un criminal que anteriormente mató al guardia del fundo contiguo; dos hermanas de una familia terrateniente castigan a Monchi con apariciones espectrales y lo hacen cuestionar sus decisiones acerca de sus posesiones; un joven que decide cometer un crimen por amor termina equivocándose y pagando el peso de sus acciones mientras dialoga con su rifle. Desde tres perspectivas se crea una narración que recuerda a Rashōmon tanto por la construcción de un rompecabezas como por las consideraciones humanas, motivaciones y consecuencias -de tintes Shakespeareanos- que surgen a raíz de un crimen en la ruralidad argentina.

La inocencia de unos personajes más cercanos a la infancia se contrasta con la gravedad de un crimen cometido por la pasión. El libro presenta el interior de unos niños que están conociendo el mundo, pero lejos de mostrar emociones sencillas y vacías, conocen el peso de la sensibilidad humana bajo el rigor de un mundo crudo y despiadado. Aun así, los niños (Monchi Mesa incluido) sólo creen saberlo todo, pero las dudas propias de la niñez siguen presentes; Monchi se cuestiona inocentemente el concepto de propiedad privada a lo largo de la historia. En una comparación entre el valor de su caballo y el camión que debe cuidar, dice: “Vos estás conmigo. No te usaron para salvar a un bandido. Podían haberte usado, pero yo te mezquiné. Psicólogo, vos sos casi lo mismo que el Escania, un misterio, un lado oscuro. De afuera: una felicidad. Pero… de adentro: un abismo.” (54). Las niñas escapando del hogar con sus pertenencias al hombro, alimentando a su grillo encarcelado con sangre, y los monólogos de Jorge intentando descubrir qué es lo que significa el amor realmente son muestras de la intensidad que acarrea la novela sobre la infancia.

 

Monchi Mesa. Marina Closs. Editorial Laurel.

 

En efecto, es una novela tremendamente intensa; una obra que experimenta, mediante el lenguaje, la expresión de los sentimientos y las dudas fundamentales ya no sólo de los niños, sino de la humanidad. El contexto de una ruralidad que de a poco va conociendo los elementos que trae la modernidad (la tecnología y el crimen) creo que funciona sólo como una excusa para plantear la problemática, pero al mismo tiempo la novela se despoja de aquellos límites y explora la complejidad humana -sin tomar a la ligera esa frase-. Es una novela mucho más grande de lo que aparenta y resuenan ecos de los personajes de Shakespeare o Woolf. 

Aquella intensidad que despliegan las hermanas y Jorge es una potencia que se materializa en todo su ser. Las imágenes acerca del cuerpo de los niños son la representación física de sentimientos que bullen a su alrededor. La desnudez de las niñas se entiende en su desesperación por no encontrar soluciones, pero también al despertar sexual. Por otro lado, la visualidad que tiene la sangre en la mente de Jorge existe debido a su condición de criminal. La herida con la que se castiga o la constante sangre de luciérnaga en su frente son su mácula.  

La escritura de Closs en esta novela se hermana con una visualidad total y creo que no es posible pensar una sin la otra. Cada sección de la narración está hecha a medida de cada protagonista, ya sea en discurso o imagen. Monchi Mesa a quien le aterra la oscuridad transita en espacios oscuros y reducidos: el aserradero o el galpón de los camiones. Las hermanas Cynthia y Jessica no se diferencian y actúan como una; se pasean desnudas por los alrededores de su hogar como un fantasma que para Jorge pueden ser las dos como una sola. Por su parte, la perspectiva de Jorge se basa en el contraste entre el movimiento y la quietud. Pasa de la persecución infantil a las hermanas, escapando de un crimen, a yacer inmóvil, herido y dialogando con su rifle

En un espacio rural y más bien reducido donde el contexto puede ser la capa más superficial, la autora logra desplegar un entramado de sensibilidades y emociones que abandonan a los personajes establecidos para unirse al ramaje de las complejidades humanas. Monchi Mesa apunta a la universalidad y la intemporalidad.

 

Sin título. Jung Wook Kim (2007).

 

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Pedro Muñoz Chávez es Licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad Alberto Hurtado. Fue condecorado con el Primer lugar en el Concurso Literario 2023 de Revista Grifo, proyecto perteneciente a la Escuela de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales.

Marina Closs nació en Misiones, Argentina, en 1990. Hizo estudios de Cine, se graduó en Letras y cursa un doctorado en literatura alemana. Ha publicado los libros de cuentos El violín a vapor (2016) y Pombero (2023), una versión en clave fantástica de la vida de Jesús en El pequeño sudario (2014), y las novelas Tres truenos (Premio del Fondo Nacional de las Artes), Álvar Núñez: trabajos de sed y de hambre (Premio Angélica Gorodischer), Toscá Skromeda. El peor más pobre, Monchi Mesa y La despoblación. Fue finalista del Premio Finestres por la edición española de Tres truenos y del Premio Ribera del Duero por Pombero. Vive en Santiago de Chile con su familia.