Traducción de Francisca Pérez Morales.
Desgarrado
Desgarrado, con la ropa rasgada
en jirones, incapaz de cubrir sus heridas,
sin carne, ni hueso, sólo una venda en su cabeza,
sin abrigo, su cinturón, la más fina de sus cadenas
tampoco tenía zapatos, sólo espantosos suecos
él caminó -solo entre miles-
pero tenía ojos
que miraban algún lugar en la distancia
con una distante mirada ausente.
Así, él caminó solo entre miles,
no había color en su rostro, sólo gris,
una úlcera café brotaba en la esquina de su boca,
le faltaban dos dedos,
sus hombros dislocados, encorvados
y solo entre los miles, tan solitario y perdido caminaba,
pero tenía ojos
que miraban algo en la distancia
con una distante mirada ausente,
probablemente su casa, lejos
cualquier lugar, pero no aquí
donde sólo habita este frágil cuerpo,
este desgarrado cuerpo, lleno de úlceras,
tropezando hacia adelante
con ojos que quisieran
estar en cualquier lado
lejos, donde las fragancias se elevan
desde las estepas abiertas,
y temprano en la mañana
hordas de caballos pastan
(el blanco, mi querido, es uno de ellos),
casas respiran una niebla teñida de azul
detrás del alambrado arden girasoles dorados
-para, repentinamente entrar al comedor:
Oh, hijo, esposo, padre, eres tú, eres tú,
¿dónde has estado, perdido por tanto tiempo?
-los extrañé a todos, en ese lugar distante…
-Cuántas lágrimas hemos derramado por ti…
-Estaba allí en cuerpo, pero en espíritu estaba contigo,
en todos mis pensamientos, sólo estaba contigo,
Sólo te veía a ti y no lo que pasaba,
mi alma estaba aquí, y sólo mi cuerpo allá,
¡qué felíz soy de estar con ustedes de nuevo!
-Yo -la cosa es que yo- de alguna forma ¿soy yo?
bueno sí -yo- es sólo que mi cuerpo se quedó atrás,
este cuerpo fue conservado por tierra extranjera.
Dibujo de Josef Čapek.
Tocando fondo
He estado donde la vida toca fondo,aquí, en lo más bajo,
donde no hay más límites entre la vida,
el horror y la muerte; sea día o noche,
la magia de la primavera o la garra del invierno,
no hacen diferencia aquí, la vida ha perdido
toda forma y contenido; ya no es una fuerza afirmativa,
más una maldición y un castigo; sea día o noche,
la gracia de la primavera o el dulce ardor del verano,
la vida ya no se parece a sí misma,
ya no es su continua renovación, sino su constante ruina.
He tocado fondo, aquí abajo, en lo más profundo,
pero ahora, aunque estoy viejo y al borde de la muerte,
quiero subir otra vez, quiero vivir en la cima,
allí donde hay un dulce regalo, virtud, paz,
no hay más sufrimiento ni agonía ni miedo, no hay infierno, no hay daño,
allí, dónde hay un constante comienzo, no ruina,
aun quiero subir a la cima, ¡para vivir en lo alto!
Pintura de Josef Čapek.
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Josef Čapek fue un artista checo, nacido en 1887 en Hronov, se dedicó principalmente a la pintura, luego a la poesía y filosofía. Durante su juventud, Josef fue un activista antifacista, criticando duramente el régimen de Hitler y el nacionalsocialismo. Fue arrestado después de la invasión alemana de Checoslovaquia en 1939. Escribió Poemas desde un campo de concentración, específicamente en Bergen-Belsen, donde murió en 1945, días antes de la disolución del lugar, debido al fin de la Segunda Guerra Mundial.