Por Ignacio Sambucetti

 

Ojos de pinar

Me siento a ver

sin buscar nada en particular

un cristo crucificado

y me doy cuenta

que la potencia la tragedia

no está en el tajo del costado

ni en la corona de espinas 

ni en los clavos

ni en la gruesa madera,

la tragedia está en los ojos.

 

Son ojos vidriosos de agonía

como los de mi vieja

mientras la veía morir

en los brazos de mi hermano.

 

Ojos de pinar

que de frente ve venir

el temporal

y ante lo inevitable

la indiferencia. 

 

 

Ranking

En el puesto diecinueve

del ranking de Much Music

sigue estando Diego torres,

puesto más puesto menos,

como hace veinte años atrás

en la época del colgarse del cable 

y el corte de la manzana.

 

En esta versión, Diego torres, 

es dueño de un Ford Falcon

y de una familia ejemplar.

 

Por más que el fuego esté dentro de sus caudales

y nos tomemos la pastillita del todo bajo control

el incendio no está extinto.

 

 

Homenaje a Walt Whitman

Un viejo en su ocaso

rezaba por un regazo 

por lo cual yo le daba

mi lomo pa que se apoyara

recuerdo que era chico

y lo escuchaba pedir a gritos

¡¡¡Sacádmela que rebalso!!!

¡¡¡Sacádmela que rebalso!!!

 

Es mi alma un árbol loco

dejándose llevar por el viento

entre las tramas de la noche

y en el silencio de esa espesura

se escucha como un susurro

al viejo coliza gritando a lo lejos

¡¡¡Sacádmela que rebalso!!!

¡¡¡Sacádmela que rebalso!!!

 

Recostado en la oscura víspera

o en previa a la siesta

quizás en el almuerzo

o ya terminada la cena

prendo un cigarrillo

y viajo en el humo

recorro mil mundos

y en todos veo lo mismo

miseria hambre muerte y dolor

y a al viejo coliza que grita

¡¡¡Sacádmela que rebalso!!!

¡¡¡Sacádmela que rebalso!!!

 

*****

 

Ignacio Sambucetti, Argentina. Es profesor de Historia.