Por Alberto Quero

Edición a cargo de Sofía Quevedo

 

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Quizá algún día ya no me entretenga

como hasta ahora he hecho,

inventando fórmulas para alargar las noches.

Que desista de usar mis ratos libres

extendiendo la música.

Casi seguro es que ya no me divierta más

escribiendo métodos

para estar en calma y sin decibeles.

Tal vez dentro de poco abandone la parálisis

y busque algo qué hacer,

algo productivo,

algo que el mundo mucho aprecie

como fabricar alambre de púas

o furtivas discordias.

Quizá algún día, pronto, me canse

y deje de tener por máximo pasatiempo

dibujar laberintos.

 

34

El último de la estirpe maldita soy yo:

me declaro contrario a lo maleable y a lo soluble,

a lo débil, a cuanto no sea impecable

y densísimo como una ola.

Confieso que siempre quise ser disidente

de la inercia y de los moldes,

pero perdí la batalla y ahora soy inmóvil.

Más aún: siempre tuve como norte ser ciego

y creí que rebelde debía ser la mujer

que anulara hasta la última de mis esperas.

Mis pasos se restauran ininterrumpidamente

y ya verifican sitios.

Mucho conozco de enmiendas y de variaciones:

la serpiente se muerde la cola

y yo muerdo a la serpiente.

Sabré resistir las ventiscas:

antónimo digo que es ahora mi nombre,

antónimo de casi todo,

antónimo plural y decisivo.

y mi más cara honra en ello encuentro.

 

38

Estoy tatuado con óvalos invisibles

y con manchas ficticias;

mi piel está surcada de islas

y de soles rojos,

los mismos que me horadan

y solo ahora lo descubro.

No he de llorar si mis manos se enrojecen

o si mis pies se convierten en un triángulo irregular

y poco oportuno.

Resistiré si los dedos se me agrietan

y aun si se rompen furtivamente:

seré inmune a todo desangramiento

y a los látigos imprevistos.

Ya no lo atisbo, lo he recorrido

Volveré a la galaxia que me ha concebido

 

42

Esta noche yo estoy solo,

esta noche pienso y recuerdo,

estoy ocupando un lugar

y a lo mejor me voy pronto.

Esta noche avanza profundamente

como un cuchillo clavado entre los huesos,

sólo que ya no me interesa

ni me vincula con mayor cosa

porque el calor en la sangre hubiera sido igual en cualquier sitio.

Esta noche yo paso vaciado y calmo.

Acaso haya comenzado a ser

vecino de mí mismo.

 

My Mandala-a. Kokuta Suda

 

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Estos textos forman parte de “Del azar y otras nimiedades” (2018) Editorial Mapalé. Ottawa, Canadá.