*Poemas de Javier del Cerro, pertenecientes al futuro libro Celebración, editado por Pampa Negra Ediciones.*

 

Llevo una corona en los dientes

que alumbra los abismos desconocidos

la magia de los montes,

los temblores y marejadas me celebran.

Hijo de todas las cosas.

Voy con mi falucho de palo 

cruzando los mares profundos

y rio para ver las formas

busco una estrella caída, 

un tesoro.

Ver el fuego que enciende el mar.

 

Sé que has caminado con el alba

sin despegar los ojos del horizonte

un chamán frente al fuego

y sus animales de poder.

 

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El azul y el negro se habían confabulado

y era oscura el alba y la espuma

pequeños cerros blancos.

Una ventana se abrió en el horizonte

vimos la luz del amanecer.

Pozas de agua, aves volando, 

correrías, saltos y ladridos.

Medito con el sonido de las olas

mis pies se entierran en la arena.

Celebro el silencio.

 

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Lluvia de verano en la madrugada

de la aldea.

Cinco de la mañana y en el agua

después de la caminata de 

una hora en la oscuridad.

Escribo el mar en mi cuerpo

y en mis pies de arena.

Despertamos temprano con mis animales

después de los sueños y la intermitente

lluvia de la noche.

La playa limpia y pequeñas pozas.

Los únicos habitantes del alba.

 

Hoy mientras nadaba pasaron caminando el jinete,

el caballo y el potro o potranca.

Mis animales no los molestaron

y pude seguir mi rito con las olas.

Nublada la mañana y cálida el agua.

Me lavo los ojos para escribir.

La playa con pejerreyes varados,

el sol y las nubes.

Escribo con sueño 

desperté y me despertaron los animales de madrugada.

Un bello amanecer en el mar

y las plateadas ofrendas de la corriente.

Celebro el olor del mar en mi cuerpo

a mis animales compañeros de aventuras

al sol cubierto por las nubes.

Dormir bien y despertar a la vida.

Ver a los animales correr atrás de los pájaros.

Celebro la playa solitaria, sus bichos varados.

Bagres, pejerreyes, medusas.

Nadar con el sol naciendo.

Mi agua de tilo con jengibre.

Buen día.

 

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Soy feliz al ver a los animales en la playa

el amor por los otros nos hace fuertes.

Somos una recia manada que desafía al viento

y a las olas mientras la arena se levanta.

Las nubes nos cubren y el sol nace para nosotros

pequeño, escondido ilumina el horizonte.

Hijo del mar nunca vas a estar solo.

 

Salimos de noche con mis animales.

Oscura la comarca.

Algunas casas con sus luces y alta la marea.

No mojarse los pies y despertar a los pájaros

era nuestra misión de madrugada.

Sin amanecer, sin alba, caminamos de ida y vuelta.

Solitarios iluminados por la luna entre las nubes.

 

Pensando y escuchando a las olas

con mis animales y el sol naciendo,

abriéndose paso entre las nubes.

Frío el amanecer cinco grados de temperatura

Otros perros y personas caminando

como si el verano fuera eterno.

Pero las hojas dicen lo contrario

el frío se instaló en la arena y sube 

por las dunas y viene de la sierra

o del mar.

Hay que buscar más abrigo para salir

y prepararse para el invierno.

 

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Una puerta de luz en el horizonte

cerrado, gris y lluvia mar adentro.

Unas garzas blancas y los animales

en una gran correría y ladridos.

En cualquier momento cae el chaparrón.

Una hermosa bandada de gaviotines

pasó por nuestras cabezas y una garúa leve.

El mar era de un color indescriptible

revuelto por las corrientes

 

El viento había cambiado la dirección de las olas,

la marea alta y mucha espuma en la playa.

Las nubes y el sol naciente.

Un cuento para despertar.

Bandadas en el cielo

y bellos pájaros en la orilla cazando insectos.

 

La niebla cubría el mar y una extraña

claridad nos da la bienvenida,

junto a una señora que camina por la playa.

Los animales respetuosos

el día despejado esperando al sol 

y unas bellas nubes en el horizonte.

Ayer fue el cumpleaños de mi mami

y la despertamos de su hermoso sueño

para celebrarla.

Hoy a las once de Uruguay y a las doce de Chile

leo para los niños de Monte Patria CElEbración.

Será una hermosa jornada me lo dijo el sol naciendo.

 


Celebración de Javier del Cerro. Pampa Negra Ediciones.

 

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Javier del Cerro.Nació el 4 de julio de 1970 en el puerto de Coquimbo, ha vivido también en Domeyko y Santiago. En la capital estudió teatro en la Escuela Experimental de Arte (1985-1989) y filosofía en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Cuenta con una amplia trayectoria en actuación, dramaturgia y creación literaria. Ha publicado los poemarios: Perroosovacacangufante del Mar (1992), Signos en Tránsito (1995), Ciudad de Invierno (1999), Serpiente (2006), Abisal (2011) y Corpus carne (2020), además de escribir obras teatrales y editar los libros: Poesía chilena contemporánea, cuatro poetas y sus libros de Coquimbo y La Serena (1999) y Poesía chilena contemporánea, cinco mujeres poetas de Coquimbo y La Serena (2001). Su nombre figura en varias antologías: Poesía chilena para el siglo XXI (DIBAM, 1996), en el tercer volumen (“LA GENERACIÓN POST 87”) de Antología de poesía chilena compilada por Teresa Calderón, Lila Calderón y Thomas Harris (2018), Antología de poesía chilena, anotada y presentada por Max G. Sáez (2018). Ha recibido entre otras distinciones: Beca para Jóvenes Escritores de la Biblioteca Nacional (2000), Premio Municipal de Literatura de Coquimbo (2002), Juegos Florales de Vicuña (2006), Beca de Creación Literaria, en Dramaturgia (2008) y Poesía (2016). Actualmente vive junto a su compañera Beatriz en el balneario de Costa Azul, La Paloma, Uruguay.