En memoria de todos los cuerpos torturados, desaparecidos y asesinados durante la dictadura militar de 1973, crímenes perpetuados por las diversas instituciones militares de Chile. No olvidamos a las víctimas, tampoco a los victimarios.  

Hoy, a 51 años del golpe, los culpables siguen impunes. 

 

* * * * * * *

 

Apuntes

Aristóteles España

 

Me fotografían en un galpón

como a un objeto,

una, dos, tres veces,

de perfil, de frente,

confeccionan mi ficha con esmero:

            “soltero, estudiante, 17 años,

peligroso para la Seguridad del Estado”.

Miran de reojo:

Quieren mis huellas dactilares.

Un sudor helado

Inunda mis mejillas.

No he comido.

Creo que hay una tormenta.

Me engrillan nuevamente.

Tengo náuseas.

Empiezo a ver que todo gira

A mil kilómetros por hora.

Se estrellan sus puños

en mis oídos.

Caigo.

Grito de dolor.

Voy a chocar con una montaña.

Pero no es una montaña.

Sino barro y puntapiés,

y un ruido intermitente

que se mete en mi cerebro

hasta la inconciencia.

 

Imperdonable este afán

Heddy Navarro

 

De procrearte a mi imagen

semejante a lo que quiero

Imperdonable esta costumbre

de abrigar mis orejas

por temor al rumor del viento

y lo que me digan sus voces

Imperdonable mi reinado

en plena democracia

cuando el Congreso permanece reunido

y todos sus miembros nos apuntan

Imperdonable la canción de cuna

congelante de tus horas

cuando en tus ojos aún arde

La Moneda

 

 

In memoriam

Floridor Pérez

A un campesino de Mulchén

 

Todavía me pregunto por qué tú

—por qué tú y no yo—

por qué tú que alzabas gordos sacos

y cargabas camiones

eras fuerte, degollabas carneros

¿por qué no te aguantaste ese viaje

en un camión cargados como sacos

y te tiraron muerto junto a mí,

con tu poncho de pobre,

como un carnero blanco degollado

¿por qué tú, por la cresta, y no yo,

que ni me puedo el Diccionario

de la Real Academia en una mano?

 

Estimado Dios, II

Myriam Diocaretz

 

Con todo mi respeto

si estás en todas partes como dicen,

te imagino existiendo en la eterna frustración

de tantos desaciertos

ven a los territorios de los fantasmas

de todas estas guerras

(adjunto por separado la lista de pueblos y naciones

por ser muy extensa)

acepta que aquí faltan el agua, el pan de cada día,

la conmiseración, y que allá tienes hambre perpetua

observa la violencia y la soberbia al acecho,

el cálculo químico hacia el blando de la ira

sé honesto y escribe en las crónicas de esta tierra: 

la vida aquí es incierta

acepta que tu cuerpo entero está enfermo

cada segundo, día, noche aumenta la evidencia

de tu ser imperfecto.

 

¿Cómo puedes vivir sabiendo todo esto?

 

 

25

Gonzalo Millán 

 

Apareció. 

Había desaparecido. 

Meses después apareció. 

La encontraron. 

La encontraron con un alambre al cuello. 

La encontraron en una playa con un alambre al cuello. 

La encontraron en una playa. 

Con la columna rota y con un alambre al cuello.  

 

Los Helicópteros

Erick Pohlhammer

 

…hasta que llegaron los helicópteros y los helicópteros

se establecieron desde allí hasta siempre

girando y zumbando como tábanos

de acero los helicópteros

girando sobre nuestros cerebros,

zumbando sobre nuestros cerebros

que desde allí en adelante

se limitaron a recordar la épocas previas

a los helicópteros

épocas llenas de esperanzas aquellas

épocas que si bien

hasta que llegaron los helicópteros con su zumbido

que se infiltró hasta siempre

en las estructuras cerebrales de las generaciones posteriores a las

nuestras

posteriores a las generaciones anteriores

que intentando llevar a cabo la esperanza

fueron sorprendidos por el ronquido de los helicópteros

poniéndose término así

a una visión de la vida de la historia y de

las cosas distinta a la llegada de los helicópteros

imponiendo estos

lo que sería denominado por los historiadores venideros

como “el sistema de rodaje de los helicópteros concéntricos”

que no fue otra cosa que

el continuo ir - venir – ir venir – ir – venir

de los helicópteros

en torno a un mismo círculo bajo el cual

nacieron vivieron y murieron el resto de las generaciones…

 

 

Sebastián Acevedo

Gonzalo Rojas

 

Sólo veo al inmolado de Concepción que hizo humo

de su carne y ardió por Chile entero en las gradas

de la catedral frente a la tropa sin

pestañear, sin llorar, encendido y

estallado por un grisú que no es de este Mundo: sólo

veo al inmolado.

 

Sólo veo ahí llamear a Acevedo

por nosotros con decisión de varón, estricto

y justiciero, pino y

adobe, alumbrando el vuelo

de los desaparecidos a todo lo

aullante de la costa: sólo veo al inmolado.

 

Sólo veo la bandera alba de su camisa

arder hasta enrojecer las cuatro puntas

de la plaza, sólo a los tilos por

su ánima veo llorar un

nitrógeno áspero pidiendo a gritos al

cielo el rehallazgo de un toqui

que nos saque de esto: sólo veo al inmolado.

 

Sólo al Bío-Bío hondo, padre de las aguas, veo velar

al muerto: curandero

de nuestras heridas desde Arauco

a hoy, casi inmóvil en

su letargo ronco y

sagrado como el rehue, acarrear

las mutilaciones del remolino

de arena y sangre con cadáveres al

fondo, vaticinar

la resurrección: sólo veo al inmolado.

 

Sólo la mancha veo del amor que

nadie nunca podrá arrancar del cemento, lávenla o

no con aguarrás o sosa

cáustica, escobíllenla

con puntas de acero, líjenla

con uñas y balas, despíntenla, desmiéntanla

por todas las pantallas de

la mentira de norte a sur: sólo veo al inmolado.

 

De una postulante a víctima inocente de delito sexual

Myriam Diocaretz

 

Mi caso.

Otra que se hará la inocente.

Esto es lo que él dijo.

Esto es lo que dicen que me dijo el doctor

mientras mal cosía la evidencia del daño.

 

La herida lloró en la negra calle lustrosa —

esta ciudad

sollozó como gigantesca ballena abatida —

una rojez anormal.

 

¿Por qué lloriquea?, me dijo él.

Esto se secará, me dijo él,

remendando aún la piel que la ola del golpe

dejaría como antes creía él...

 

El ondeo susurrante de la espuma

acalla las bocas

aI intentar nombrar eso...

...lo que fue.

 

Silencio de fatiga femenina.

 

Exijo la devolución de mi energía,

exijo que quiten el iceberg —

exijo perdón solicito...

 

 

Hay soldados por todas partes hoy día

Magdalena Fuentes

 

Hay soldados por todas partes hoy día

y tú quizás dónde

en qué mañana.

He sabido, viajaste hoy.

He sabido, que las industrias

están intervenidas

que hay muertos.

He visto, desde el patio de nuestra casa

helicópteros rondando.

He visto, desde la calle

aviones sobre la Moneda en llamas

(bombardeando como en las películas de guerra).

He visto vecinos

sobre los techos de sus casas

mirando las negras hogueras

de las fábricas

y he sentido balas y gritos desde lejos

que vienen a esta hora.

Y tú, aún no llegas, no llamas

aún no llegas a casa, todavía.

Y he llorado, he llorado por el que

ha caído en la casa de gobierno

mientras hay vecinos que ríen y

se abrazan, y bajo la cuneta

brindan, y tiran el sombrero

al aire.

 

 

A una lavandera de Santiago

Oscar Hahn

 

Mi prima que vivía de su artesa

se me murió de muerte repentina:

le partieron de un golpe la cabeza

con la culata de una carabina.

Desde el abismo de su cráneo abierto

suben gritos y cantos fraternales,

entran en cada vivo, en cada muerto,

y empiezan a temblar los generales.

La ropa sucia no se lava en casa

cuando la manchan sangres tan enormes

que van de lavatorio en lavatorio.

Un regimiento de manchados pasa.

Y no podrá limpiar sus uniformes

ni el mismo purgador del Purgatorio.

 

 

Anónimo

 

Los diarios mienten,

Todos mienten,

Desde el boletín oficial,

El periodista,

El impresor,

La tinta,

Los avisos económicos,

El canillita

A mi me fusilaron

En la noche y a pleno campo

…no me arranque.

(El willy iba esposado y

Engrillado,

No llevaba vendas)

Es imposible imaginar algo bueno

Con vendas,

Todas las voces son asesinas

Todos los pasos traidores

Todas las manos cínicas

Nos bajaron como de un tren de animales

Besando por ultima vez la tierra que

Tanto nos gusta

Y padre, había ese olor a campo tan nuestro,

Fue la alegría, la esperanza

Pero los hombres actuaron como lo hicieron siempre

Sus primos, abuelos

Y aquí me tienen convertido en un cadáver,

Sin cargos, sin sumarios, solo por que

Me había arrancado.

Entiérrame, padre, y no olvides de poner

Mi fecha de muerte, no olvidar, no olvidar que ese olor a campo

Permanece

 

 

 

5

Gonzalo Millán

 

Por esta calle pasan entierros.

Pasaron a muchos por las armas.

Las calles tienen muchos baches.

Los caballos llevan gualdrapas negras.

¡Hin! relincha un caballo.

Pasan camiones.

Pasan autos de hombres acaudalados.

Los niños pasan el río.

Pasa un enano con una gran cabeza.

Pasa el tirano en un auto blindado.

 

Pasar por alto los abusos.

Los tiros a altas horas de la noche.

No abrir la boca sino para comer

Cuando hay para echarse a la boca.

 

Pasamos hambre.

No se puede hablar abiertamente.

Los loros hablan fácilmente.

El loro tiene vistoso plumaje.

Los plumiferos escriben en los diarios

Los papagayos hablan por la radio.

La mordaza impide el habla.

Vvms mrdzds.

Vvmos mrdzdos.

Vvimos mrdzados.

Vivimos mordazados.

Vivimos amordazados.

Vivimos con los ojos vendados.

Los ojos se abren bajo la venda.

La boca se abre bajo la mordaza.

 

El tirano disfruta de salud.

Sólo el hombre disfruta de la palabra.

Los gorilas se golpean el pecho.

¡Muera el tirano!

 

 

Restos

Elvira Hernández

 

¿Encontraremos los pelos de la vergüenza

las escamas óseas de una verdad agrietada

la vértebra de nuestra historia?

 

¿Estará en algún lugar del territorio

la mano de la justicia o solo seremos pasto

y gente que escobilla sus trajes?

 

¿Algo de valientes plaquetas quedará

en la sangre fresca –algunas palabras–

o solo seremos pala de sepultureros?

 

Los niños corren en busca del Tesoro Escondido

de su Pasado.

 

¿Los detendremos?

 

Sí.

 

Los arrojaron al mar

Y no cayeron al mar

Cayeron sobre nosotros.

 

Guión de los desaparecidos

Eugenia Brito

 

Reconstruir la luz para los que nunca más la verán

la luz que nace de ellos

asilada luz permaneciente en el

desvan de la mirada

desaparecida

tachada

es el guión reconstituido de esa muerte

no del todo vivida

porque vuelve inconclusa a aparecer

a vigilar la vida desde lejos.

 

Guión del pensamiento invertido en esa faceta subliminar

al borde de cualquier quimera subvertida

 

Guión de ese desvan y de su persistencia

oscura

cuando la ciudad dada vuelta en su propio ofertorio

se convierte en santuario

 

Donde emergen los muertos resplandecientes

 

Por el brillo amenazante de los cactus

sus ojos miran a los vivos lascivamente.

Pero hay más: ellos colocan grandes planchas de vidrio

opacas

para resistir el cruce de los edificios

sin defensa.

Desafiando el color del sol

con su penetrante verde subterráneo

inundan la ciudad.

Crece entonces su antigua primavera

en la que se sumergen los vivos como en un sueño

implacable.

 

Fragmentos de Raimunda (Fragmento)

Carmen Berenguer

 

La expatriada Raimunda está hablando 

sin tierra les habla desde el aire 

inhala y expulsa impmperios casi 

diíkta susurra su lengua espesa 

donde cantar no puede su letanía 

 

Fuera del edén la pordiosera Raimunda 

vocifera Me he tragado un volcán y bailo 

y canto Me usaron y uso fánnacos para 

donnirie occidente En una balsa al mar 

para mecerte 

 

Este fragmento es para ti porque ya no 

puedo contigo ni mirarte puedo 

Allí donde habité por siglos y siglos 

se va perdiendo en un hiio el infinito 

porque nada queda ya ni el seguro de la puerta 

ni el púrpura malva de tu boca se quebró de espanto 

 

Este fragmento es para ti porque ya no 

puedo contigo ni mirarte puedo 

Aíií donde habité por siglos 

se perdió en el inñnito nada queda 

el cerrojo de la puerta ni el pubis de tus labios 

sólo el mujido espanta 

 

después que te entregué los hijos 

después que acosté contigo 

 

hablé hasta el alba pariendo